domingo, 6 de octubre de 2013

LGTB en la Historia del Arte. Antigua Grecia (II)

    En cuanto al lesbianismo en la Antigüedad griega se conservan muchísimas menos referencias literarias que nos lleven a hacernos una idea tan general como la que tenemos de la homosexualidad masculina. Es citado en algunas obras como en El Banquete de Platón, pero de donde realmente procede la mayor parte de la información que tenemos al respecto es de la obra literaria de Safo de Mitilene, poetisa griega situada en la isla de Lesbos (como podemos observar, de ahí proceden dos de los términos comunes para denominar a las prácticas homosexuales femeninas, el lesbianismo, procedente de Lesbos y el safismo, procedente de Safo).

     Safo (representada en la imagen de la izquierda en una pintura encontrada en Pompeya), perteneciente a una familia pudiente y relativamente poderosa, vive en una sociedad en la que, además de preparar a los jóvenes para la vida adulta, también preparaba a las jóvenes griegas para el matrimonio (no sólo en Lesbos, este tipo de sociedades existían por toda Grecia, pero en esta ocasión nos vamos a centrar en el círculo social de Safo) existiendo lo que parece que es una igualdad de sexos, al menos en el terreno de la educación para la posterior vida social y conyugal. Por ello crea la llamada “Casa de las servidoras de las Musas”, un thiasos, en la que las jóvenes aprendían diversas tareas, como por ejemplo escribir y recitar poesía. Sin embargo este sistema social no sobrevive a los cambios que llevan a las mujeres a ser relegadas a meras reproductoras u objetos de placer. Esto no indica que las relaciones lésbicas en Grecia terminaran ni mucho menos, pero sin voz, sin Safo, sin la única guía representativa.

    A pesar de no tener muchos datos biográficos suyos, a partir de sus poemas se deduce que se enamoraba de sus discípulas y mantenía relaciones con ellas. Sus poemas no seguían el hilo literario de la Antigua Grecia, si no que hablaban de sus vivencias, de sus pensamientos acerca de lo que la rodeaba, que no era mucho más que su familia y sus discípulas. La política, la historia o la vida social griega no entraban dentro de la temática de su obra si no que se centraba en el universo femenino y en el amor.

    Safo habla del deseo, de las pasiones humanas, de los celos, del dolor de la separación, del erotismo. Crea una obra lírica natural, sencilla y que refleja sus sentimientos de una forma dulce y melódica que ha hecho de ella una de los más importantes poetas de la Antigüedad que tendrá influencia en la lírica posterior. Una de las más bellas representaciones del lesbianismo en el arte que nos podemos encontrar en la historia del arte entendiéndola por supuesto como el conjunto de todas las artes, no sólo las plásticas.

"Amor bulle en mi pecho 
y sin cesar voltea 
mi corazón amante 
y acá y allá le lleva; 
mis miembros desenlaza 
su poderosa diestra, 
y en viéndome rendido 
ya me desprecia y vuela; 
tiene sus lindas alas 
cual ave, mas es fiera, 
y dulce y apacible, 
y de indomable fuerza. 
Atis, de tu abandono 
al crudo Amor te queja, 
que en los ojos me abrasa 
de Andrómeda la bella."

    Se aprecia sin embargo como de nuevo tenemos el cíclico joven homosexual-adulto heterosexual-mayor homosexual. Vemos como, a pesar de que inevitablemente las mujeres de Lesbos siempre han sido relacionadas con el amor entre mujeres, eran consideradas como magníficas felatrices. Lo que hoy en día consideramos como lesbianas, en Grecia se designaban, como hemos podido observar en el fragmento de El Banquete de Platón, tríbades y tenía un significado cuanto menos inquietante, de mujeres peligrosas, salvajes.

Safo leyéndoles a sus discípulas
    En las artes visuales de Grecia y Roma antigua el sexo lésbico no ha tenido ninguna repercusión. No hay ni una sola imagen al respecto. Se cree que es un tema tabú al poder derivarse este safismo de una insatisfacción femenina por parte de los hombres en una sociedad que estaba pendiente de ellos completamente, que ponía a las mujeres en el lugar de estar por y para lo que quieran sus cónyuges. Esta insatisfacción les lleva a tomar otros caminos en busca de sosegar sus pasiones y sus deseos de una forma adecuada. Podría crearse un extenso debate poniendo esta creencia del mundo antiguo extrapolada a la época actual que nos llevaría a una gran diversidad de opiniones y creencias de ambos sexos. Pero no está en nuestros fines adentrarse en discusiones sociológicas.

     Incluso se llega a encontrar en las fuentes escritas referencias a “aparatos viriles carentes de esperma” que utilizaban las mujeres en las relaciones con otras mujeres. Habían llegado al punto de utilizar elementos que suplían lo que los hombres les ofrecían en cuanto al terreno de la satisfacción propia (recordemos de nuevo la diferencia que los griegos marcaban entre el sexo recreativo y el sexo reproductivo).

    Sin embargo, ya en la época contemporánea se ha querido buscar signos de esta homosexualidad femenina en las artes plásticas errando en la interpretación de los símbolos. Se han usado de iconos lésbicos imágenes de mujeres manipulando dildos sin percatarse de que para una relación sexual hacen falta dos personas. Así mismo también se han querido ver muestras de este tipo de relaciones en todas aquellas imágenes en las que aparezcan dos mujeres, si están desnudas, mejor. Sin embargo parece evidente que la interpretación que más se ajusta a la realidad (evitando caer en una creída objetividad imposible) es la de una escena de baño o de higiene.

    En definitiva, la sexualidad entre mujeres era, o bien un tema tabú, o simplemente carecía de interés en una sociedad claramente centrada en la figura del varón. Ni siquiera representaba para ellos un incentivo reproducir imágenes de estas relaciones sexuales para su propio beneficio. Esto es llamativo dado a la adoración que sentían por la belleza femenina, por el desnudo, por las estatuas que lo representaran. Eran “demasiado varoniles” para dejar que la imagen de dos mujeres teniendo sexo les produjera placer alguno.

    En conclusión, en el mundo griego antiguo tenemos una gran cantidad de imágenes, sobretodo representadas en cerámica de figuras rojas o de figuras negras (como las de la imagen de la derecha). Para encontrar alguna imagen de relaciones homosexuales en pintura habría que esperar a la Antigua Roma. Es evidente que las artes plásticas son infinitamente más numerosas, por no decir únicas las representaciones de homosexualidad masculina, dado que era mucho más aceptado y formaba parte de toda la comunidad griega, al contrario que el lesbianismo.


    Esta normalización de las prácticas entre personas del mismo sexo tiene en la Grecia Antigua el mayor auge de toda la historia de la humanidad, seguido por la Antigua Roma, que no tiene parangón ni siquiera con la actualidad que aún quedan numerosos resquicios de homofobia. Pero esto tampoco significa gran cosa dado que también hay que tener en cuenta que la homosexualidad no era entendida de la misma manera. Como hemos dicho anteriormente, en Grecia las relaciones homosexuales estaban integradas en su educación y posteriormente retomaban una vida heterosexual en la que se casaban y tenían descendencia de acuerdo con lo que el pueblo presuponía de ellos, dado que era una cultura que se tomaba muy en serio sus costumbres sociales y la moralidad que estas implicaban. Por el contrario en la actualidad la homosexualidad se entiende como algo arraigado que se aplica a todas las etapas de la vida (normalmente) y que no se tiene que dejar a un lado para seguir con lo que se espera de cada individuo. 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado la entrada, muy bien explicado. Ojalá hubiesen tenido más representación artística, una pena.

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  2. Hasta hace muy poco la mujer no tenía sexualidad...os lo recuerdo. Tampoco raciocinio ni alma...En la actualidad en muchos países sigue sin tener de esto así como sin tener los más mínimos derechos humanos elementales. En cambio en los países que se llaman desarrollados, modernos, democráticos o como queramos llamarlos, donde no te lapidan con piedras pero lo hacen de mil maneras, se ha pasado a cosificar a las mujeres de otra forma, pero de una forma tan brutal como la otra. En estos países tan civilizados, lo mismo que en otros que se supone lo son menos, la trata de mujeres sigue existiendo. Por cierto, muchas van a parar a nuestra querida España para que los españolitos, casi todos con mujer o novia, abusen de ellas incluidas menores.
    No es por desanimar pero cada día que pasa veo cómo las mujeres no sólo no vamos avanzando en la igualdad del día a día, si no que vamos hacia atrás en muchas cosas que parecían ya asimiladas. Nos dejan votar, conducir y hasta salir por la noche, qué majos!!! comparado con otros sitios es muchísimo desde luego, pero intentad salir de la línea invisible que os asigna la sociedad y veréis el verdadero y terrorífico rostro de lo que os rodea. Esta entrada me ha gustado mucho. Un abrazo.

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